Poesía Contemporánea I

En esta sección me encargaré de presentar algunos poemas que leí en revistas, libros u otras publicaciones españolas o en español.
Intentaré, periódicamente, publicar poemas o, quizás, información sobre poetas que he ido descubriendo.
Espero que sean de su agrado.






ISABEL BONO


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(Málaga, 1964): 

«Escribir es estar en otro lugar, por eso nos salva. Escribo porque sí y sin pensar en nadie. No es que me guste escribir, lo que me gusta es estar escribiendo. La vida sucede en gerundio».



Vivir es tener hambre, morir es no tener sueño y, aún así, dormir 
¿qué harás cuando no te duela nada?
¿qué golpe buscarás, qué herida?
¿quién hablará por ti?
¿qué palabras escaparán
para perderse en la niebla?
¿qué harás cuando el hambre

te deje sin fuerza y vacíe tus brazos?
vainas vacías de guisantes, tus brazos
¿qué harás cuando no te duela nada?

porque, ya lo sabes, hay días
en los que el dolor no embrutece
sólo acuna

pero
¿y si no hay dolor?
¿y si no hay siquiera dolor?


El futuro acaba de llegar

malgastábamos el tiempo 
ordenando en un álbum las fotos del verano 
para mirarlas alguna vez con nostalgia. 
acumulábamos canicas piedras,
 libros, cartas, poemas...
 Aplazábamos así la felicidad, la vida
 todavía no sé por qué 
todavía no sé para cuándo.





ANA ROSSETTI

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 La poetisa Ana Rossetti (Cádiz, 1950) es considerada una prestigiosa poetisa española de su generación y su obra ha sido traducida a varios idiomas. Ha ganado conocidos premios a su trayectoria tales como el Gules en 1980 o el Rey Juan Carlos en 1985.



El equilibrio

La minúscula hierba retorna su molécula de oxígeno al


aire que nos obstinamos en degradar.

La poesía es un vendaval de aire puro en nuestras existencias irrespirables.


La minúscula hierba muere, pero su polen es indestructible.

La poesía no evita el dolor, pero no consiente que sea in-

fructuoso.


En este perpetuo nivelar, la hierba silenciosa y la poesía

con su verbo arrebatado afirman su única y extrema

razón.


Y así como la hierba siempre encuentra un resquicio

para crecer,

la poesía rompe sellos y violenta arcanos para enraizar

poesía

donde no hay poesía,

 para que haya poesía.

(procedente de Llenar tu nombre)



Poesía

Tú no pones distancias.
Tú no estás por encima de las cosas.
Tú, lejos de elevarte sobre ellas, las sumerges en ti, o quizá te inmersionas, no lo sé.
Lo cierto es que tú estás en las cosas, fluyes, irradias, emanas y a la par te disuelves: no sigues un sendero paralelo a las cosas.
Incesante corriente, pasión sin recinto establecido, nota que prolonga en el valle sus círculos de vibración y calma, así transverbera tu energía la sustancia de todos los secretos.
Llenar tu nombre
(procedente de Llenar tu nombre)



ANA BLANDIANA
          
                                                                
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(Timisoara, 1942):  

«El poeta sólo se expresa a sí mismo, como parte de un misterio existencial que está marcado solamente de manera superficial por su época».





¿Recuerdas la playa?


¿Recuerdas la playa
revestida de cristales amargos
sobre los que
no podíamos caminar descalzos?
¿El modo en que
mirabas el mar
y decías que me escuchabas?
¿Recuerdas
las gaviotas histéricas
girando en el tañido
de campanas de iglesias invisibles
y los peces como santos patrones,
el modo en que
corriendo, te alejabas
hacia el mar
y me gritabas que te hacía falta
distancia
para contemplarme?
La nieve
se apagaba
enredada entre las aves
en el mar;
con una desesperanza casi alegre
yo miraba
tus huellas en el mar
y el mar se cerraba como un párpado
sobre el ojo, dentro del cual yo esperaba.



Siento que soy la presa

Siento que soy la presa
Pero no sé de quién,
Pues las alas y las garras que descienden
Sobre mí,
Y me encadenan a la sombra
Mucho antes de alcanzarme
Carecen de nombre.
Sólo la frescura del aire dibuja
La amenaza que se acerca
Con cruda y voluptuosa lentitud.


Sé que no hay salvación, pero
Tampoco sé qué sería la salvación.
Si intento huir, la sombra también cambia
Amoldándose a mi horizonte como las nubes,
Feroz y protectora en su cuidado
De no perderme, presa de otro.


En la espera, los sobresaltos se confunden,
El pavor se mezcla plácidamente en el misterio,
Desentrañar su enigma será mi sino:
Tengo que vivir hasta que encuentre la respuesta
Un tiempo igual al tiempo de la caza
En el que, al menos, sé que soy la presa.

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