¿Por qué es un clásico "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera?


En este trabajo, hablaremos sobre La insoportable levedad del ser de Milan Kundera y justificaremos el por qué de su elección como clásico. A lo largo de este ensayo, se expondrán algunos de los temas principales de la novela como la idea del eterno retorno, el concepto de amor, el contexto político de Checoslovaquia, y se justificará la elección personal del libro como clásico.


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La insoportable levedad del ser, Milan Kundera

La novela empieza con una reflexión filosófica acerca del eterno retorno. Para Kundera, la idea del eterno retorno nietzscheano sugiere que una vida que desaparece para siempre, nuestra propia vida, está muerta de antemano y pierde importancia, de manera que, haya sido bella u horrorosa, se desvanece su esencia, esto es, no nos maravilla ni nos horroriza. Desde los hechos nefastos producidos en la guerra, las revoluciones o los regímenes totalitarios hasta nuestras propias vidas, con el tiempo, se convierten en recuerdos nostálgicos, teorías, acontecimientos que no volverán a suceder, y aligeran su peso –su responsabilidad– , la condena que se merecen, se convierten en levedad. A partir de esta reflexión, Kundera inicia un debate en donde pone en cuestión el significado de peso y la levedad: «¿es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?» (Kundera, 2006, p. 13). Aunque deja abierta esa cuestión, el peso implica seriedad y sensatez, pero también dolor, mientras que la levedad constituye menos preocupación, pero también un desapego con la realidad.  Para representar ambas nociones, tenemos, respectivamente, a Teresa, camarera de un restaurante, y a Tomás, un reputado cirujano de Praga.

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La serpiente que se muerde la cola (uróboros).

 Ambos se conocen en el pueblo del restaurante donde trabaja Teresa y hacen el amor en casa del cirujano. Ella enferma de fiebre y se queda durante una semana en su casa. Empezará a sentir un fuerte sentimiento de amor, pero, se cerciorará de que este hombre se escribe cartas con una amante y, de ahí, nacerán sus celos y sus sueños dolorosos e inquietantes. Sin embargo, el estado de salud de Teresa despierta en Tomás una temprana compasión que nunca sintió con su innumerable cantidad de amantes. ¿Empezará tan pronto a amar a Teresa? ¿Se puede amar por compasión? Tomás, al principio, vacilará a causa de su ardiente deseo de que se quede a vivir con ella (también duda de esto por un miedo al compromiso con las mujeres), pero no sabe si es amor o histeria. Sin embargo, su compasión no es sinónima de lo que conocemos hoy como compadecimiento por lástima, sino que, como dice su significado original, siente el mismo dolor que Teresa, a pesar de ser el causante de este, y desea acompañarla de verdad, de tal manera que su comprensión, hace que la ame más. Como dice Ramírez Pavelic (2011), la compasión «solo puede sentirse por alguien a quien amamos». Aquí empieza la bella, aunque difícil unión entre ambos personajes.  Por fin, a pesar de sus dudas, decide invitar a Teresa a vivir con él indefinidamente. Sus dudas responden al desconocimiento de qué le conviene más: ¿invitar a vivir a Teresa o dejarla marchar para siempre? Kundera relativiza el valor de la vida porque el hombre no es posible vivir ninguna otra para contrastar cuál es la opción que más le conviene («lo que solo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca»).

Teresa, en una de sus pesadillas. //
Adaptación cinematográfica de 
La insoportable levedad del ser 
de P. Kaufman (1987) // IMBd

El temor que siente Tomás por las mujeres es fruto del matrimonio frustrado con su primera esposa, con la que compartía un hijo al que nunca dejaba verlo. De este modo, inicia una serie de «amistades eróticas» de entre las que se destaca Sabina, una pintora, amante también de Franz, que verá la evolución de un Tomás libertino a un enamorado romántico. 
Cambiará su actitud con la aparición en su vida de Teresa. Su sentimiento por ella no se limitará al placer carnal que siente hacia tantas mujeres –costumbre que tardará en desaparecer, aun estando con Teresa– , sino que velará por ella, sentirá el verdadero «corpus delicti del amor» (Kundera, 2006, p. 21). Aún así, las aventuras de Tomás y el contenido de una carta erótica de Sabina provocarán en Teresa unos sueños desagradables en los que se sentirá mediocre junto con las demás amantes, es decir, se sentirá un cuerpo más. No obstante, para que estos padecimientos se atenúen, Tomás decide casarse con ella y le compra un cachorro, Karenin, que acompañará a Teresa hasta su muerte. El sentimiento de Teresa reside en las malas vivencias con su madre y la inculcación del sentimiento a su hija de que su cuerpo es como los demás. Teresa quiere ver a través de su propio cuerpo su alma. Precisamente, el conocer a Tomás (un hombre con el que se cumplen muchas coincidencias en ese momento: le gusta leer, se sienta en el mismo banco en que sentó ella el día anterior) hará oportuno el conocimiento de su alma temerosa y frágil.  

Otra de las relaciones amorosas de la obra es la de Sabina y Franz, un intelectual que tiene como esposa a Marie Claude (y a una alumna suya por amante) a la que no ama pero que aúna tanto los atributos de mujer como los de madre. A pesar de su amorío con Sabina, no tienen el mismo punto de vista en muchos conceptos como el de mujer o fidelidad, pero, aun con la marcha de Sabina de Checoslovaquia, desea su admiración, y para despertárselo, participa en la Gran Marcha comunista en Camboya, en donde se da cuenta de que no vale para nada su fijación por Sabina y acaba pasando, inesperadamente, sus últimos minutos con Marie Claude, esperando su muerte. Franz representa un personaje bastante ridículo por sus ideales tanto en el amor, donde se da cuenta tarde de que su felicidad se basaba en su romance con la estudiante «de gafas grandes», como en la política, ya que es un personaje sin ideología.

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La Gran Marcha // Revista La Comuna.

Sin duda, además de los de Franz, los acontecimientos de los demás personajes están espoleados por la situación política que transcurre en Checoslovaquia. La invasión rusa del territorio da que hablar para Tomás, que escribe un artículo para un semanario en el que se refiere al mito de Edipo con el que compara el falso idealismo de  los dirigentes comunistas: sus «pretensiones» de buscar un mundo perfecto causan el asesinato de miles de personas sin encontrar tal «Paraíso», algo que les convierte automáticamente en asesinos. Vemos cómo la excusa de muchos de ellos de que «no sabían nada» no les exime de ninguna culpa y así también piensa Tomás, a quien le censuran gran parte del artículo y, a pesar de que la Policía, a la que le disgustan sus ideas, conoce su maestría como cirujano e intentan convencerle para que retire ese artículo, dimite como cirujano del hospital y pasa a ser un mero limpiador de cristales. Tampoco acepta firmar la petición del redactor del semanario y del hijo con el que nunca habló, Simón, para la amnistía de los presos políticos con temor a que pueda involucrarse en más problemas a él mismo y a Teresa. 
Kundera hace una buena observación acerca de los elementos en los que se basa la dictadura comunista (y, prolongable en todas): el imperio del kitsch, que elimina todo lo que, desde su punto de vista, es inaceptable para la existencia humana, algo que detesta Sabina y que provoca su emigración a Norteamérica. Para Kundera, detrás del kitsch se esconden los regímenes totalitarios: elimina el individualismo, cualquier cuestionamiento al poder, la ironía y cualquier tipo de suceso «desagradable» (el abandono de la familia por parte de una mujer o las relaciones homosexuales) que rompa esa premisa bíblica de «amaos y multiplicaos»; una supremacía de lo bello que oculta la maldad. 

Invasión soviética de Checoslovaquia. Tomás y Teresa //
La insoportable levedad del ser,
película de Kaufman (1987) // IMBd

El último sueño de Teresa (Kundera, 2006, p. 318), donde Tomás se transforma en un conejo al que Teresa abraza, es un símbolo de la impotencia que siente la protagonista femenina principal por Tomás, al que, hasta este punto de la novela, nunca ha podido «retener» por sus acostumbrados encuentros eróticos con otras mujeres. Es verdad que Teresa siente muchos celos y hace todo lo posible para que Tomás se fije en ella y se convierta en un cuerpo único y diferente (en las siguientes líneas, se describirá su reacción y los porqués). Este sentimiento le provoca una gran dependencia de Tomás –algo negativo no solo para él, sino para ella misma–, pero, a la vez, Tomás se cerciora del amor que sienten el uno por el otro. 

Como decimos, Teresa va a sentir remordimientos porque Tomás se ha sacrificado por ella, renunciando a su puesto como cirujano en Zúrich y volviendo con ella a Praga. Hasta ahora, pensaba que Tomás no la quería –tampoco Tomás sabía muy bien qué era el amor–, pero ella tampoco lo ha sabido expresar, porque siempre ha esperado su querer, porque realmente el verdadero amor no espera el amor de la otra persona, es desinteresado, como el amor que tiene con Karenin, su perro. En un hotel de un pueblo cercano, Teresa confesará sus sentimientos a Tomás, pero él niega que haya sido perjudicial: se siente libre, porque ya no tiene ninguna «misión», ni siquiera la de operar. Ambos ya se sienten felices, si bien han sacrificado muchas cosas. 

Esta obra es un clásico porque, precisamente, su lectura «nunca termina de decir lo que tiene que decir» (Calvino, 1993), es decir, sugiere mucho más de lo que aquí dice: símbolos como la mariposa que se posa en la lámpara de la habitación de Teresa (levedad) o la casualidad que representa Teresa para Tomás: «un niño al que alguien había colocado en un cesto untado con pez y lo había mandado río abajo» (Kundera, p.19, 2006). Aunque hay preguntas que el propio autor responde, también plantea cuestiones que no tienen respuesta. También es un clásico por su atemporalidad; esta obra está pensada para reflexionar sobre experiencias humanas universales como el amor, la sexualidad o el idealismo. Por todo esto, aun siendo muy reciente la obra, creo que le faltan muchos años para que caduque su etiqueta de clásico porque refleja un hecho histórico clave para su país y para Europa, y, además, expresa con habilidad el complicado mecanismo del amor. 


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El amor entre Teresa y Tomás
La insoportable levedad del ser,
película de Kaufman (1987) // IMBd

BIBLIOGRAFÍA:


Calvino, Italo (1993). ¿Por qué leer a los clásicos?. Tusquets (Marginales, 122): Barcelona. 


Kundera, Milan (2006). La insoportable levedad del ser. Tusquets (Esenciales, 7): Barcelona. 


Martínez Pavelic, Mónica (2011). «La levedad y el peso en el amor», Espéculo: Revista de estudios literarios. UCM: Madrid. 

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